27 de diciembre 2023. Isla de la Palma.
Tenemos que volver a madrugar (vaya
vacaciones, dice Gemma!), pero es que el Ferry a la Palma parte a las 7,45 h
desde la Playa de los Cristianos, en el sur de Tenerife y tenemos 1.15h hasta llegar allí. Hemos decidido coger una excursión para poder ver los puntos más importantes en el mínimo espacio de tiempo.
Al ferry le lleva unas 3 horas
llegar a la isla y allí nos espera Rosi, nuestra guía, en compañía de Germán,
el conductor. Nos acompañan unos 40 turistas de distintas nacionalidades. Rosi
habla un perfecto alemán y holandés y según ella chapurrea el inglés, aunque a nuestro parecer lo
habla estupendamente!. Todas las explicaciones, que son
muchas, las hace en español/alemán e inglés. No calla en todo el trayecto,
dándonos todo tipo de explicaciones de la isla y de los desastres que provocó la reciente erupción del volcán.
Paramos en primer lugar en la capital de la Palma, para descansar un poco del mareo del barco y de paso consumir algo… Nosotras nos tomamos una Arepa de carne mechada y una empanada de queso que te cocinan en el momento en un encantador bar del Mercado, donde la gente es amabilísima. El autobús realiza la primera parada en un mirador por encima de la ciudad de la Palma, donde se ve bien la pared de la caldera de un antiguo volcán y la imponente montaña que forma el Volcán Cumbre vieja y que recorre como una cordillera, toda la cumbre de recorre la zona norte de la isla de la Palma.
Con el bus vamos ascendiendo hacia su cumbre, pasando de bosques de castaños a zonas de Laurisilva y con densos pinos canarios nada más atravesar el cubre vieja a través de un largo túnel. En el descenso ya se pueden observar las coladas del lava que dejó el volcán tras su explosión. Nos llevan hasta la misma base de este nuevo volcán Tajogaite, que se creó de la nada, en una zona plana, tras la última erupción. Ahora mide 400 metros desde la zona llana dónde erupcionó en su zona norte y 200 en su cara sur.
Impresiona imaginar cómo se creó y como fue engullendo hasta 4500
construcciones, destruyendo la vida de multitud de familias. Los palmeños viven
todavía en un 60% de la agricultura y ganadería y son muy tradicionales,
construyendo los hijos las casas en los mismos terrenos donde las tienen los
padres. De este modo, las coladas del volcán destruyeron la vida de familias
enteras, algunas de ellas hasta con 7 viviendas! En primer lugar se ofreció
mucha ayuda, pero como suele ocurrir, 2 años más tarde todavía la gente no ha
recuperado sus terrenos. Muchas familias siguen viviendo en barracones de
hierro sin aire acondicionado y algunas familias todavía están alojadas en
hoteles… Les dijeron que cubrirían con tierra fértil la lava y les devolverían
sus terrenos, pero 2 años después siguen sin hacer nada… Rosi nos cuenta cosas
como el dinero de la cruz roja se utilizó para darles mascarillas a los
turistas que accedieron a la isla en esos días… en fin… como siempre, algunos
se hicieron ricos con la desgracia mientras otros siguen luchando por sus
derechos.
Salimos de la zona afectada muy
conmocionadas. Las imágenes de las casas medio cubiertas de lava, de los
invernaderos de los plataneros destruidos y la ceniza que todavía cubre la zona
impactan notablemente. El nuevo volcán sigue eliminando vapores y humo. La
erupción de lava duró 90 días y los lugareños quedaron preocupados porque la
erupción se cortó de golpe y temieron que saliera por otro sitio. Realizó una
colada principal de unos 3 km de ancho, pero en noviembre se derrumbó parte de
la cumbre, creándose una nueva colada que alcanzó la población de Todoque
parando en la plaza de la iglesia. Se ganaron al mar unas 50 hectáreas. Rápidamente
se comenzó a reconstruir la carretera porque algunas poblaciones habían quedado
incomunicadas. Algunas máquinas quedaron destruidas por las altas temperaturas
a las que tuvieron que trabajar. Por fin, en agosto de este año, se inauguró la
carretera ya asfaltada que cruza toda la colada y une por fin las poblaciones con el resto de la isla.
Gemma ha hecho un vídeo que da buena idea del desastre...
Comimos en un restaurante a pie
de playa. La comida, incluida en la excursión, estaba buena, pero se sirvió muy
lentamente. Además, la compañía no fue especialmente agradable… y es que ya sabemos por qué estas excursiones grupales no nos gustan...
De ahí nos llevaron ya al barco
para volver rumbo a Tenerife. En el barco nos dedicamos a hacer vídeos y
organizar fotos.
De vuelta paramos en un Lidl para
comprar algo de cena que comimos tranquilamente en nuestro apartamento.
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